Aprendí que, si hablamos de amor, no tenés nada que perder cuando ya perdiste todo.
Aprendi que es mejor sincerarte con quien debes hacerlo, porque al fin y al cabo no ganas ni pierdes.
Comprender, aceptar. Hicimos nuestro camino al caminar. Y hoy decidimos frenar acá, no vamos al mismo lugar. Ni vos ni yo debemos cargar esta cruz, el destino decidio que asi fuera y no tenemos la culpa ninguno de los dos.
Estoy confiando en que el tiempo nos dirá que así estuvo bien, y tambien confío en que ese mismo tiempo nos dira que hacer en el futuro.

Parecía tan fácil sumar: Tu amor y mi lealtad, tu ternura y mi amistad, y sé que lo voy a lamentar, pero te digo amor que hay que saber cuando parar.
Hoy decir adiós me toca a mí.
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